No tengo el deber, pero si el derecho a equivocarme, no nací perfecto, quien me quiera debe aceptar mis imperfecciones, sin someterse a las seducciones del masoquismo.
Más allá del no perdonar, es el error más grande, por mí cometido. No para liberarme de alguna culpa, sólo acepto la responsabilidad de haberlo ejecutado.
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